Candelaria Traverso. Chakana
Un punto de energía caótica en el flujo global. Candelaria Traverso
El ruido ensordecedor de las ofertas y regateos voceados a los gritos: un murmullo que lo
inunda todo. Entre los estrechísimos corredores que apenas dejan libre los puestos
hacinados de la feria, el recorrido dista mucho de un sendero que permita cualquier tipo
de introspección reflexiva. Por el contrario, todo se hace notar hasta la exasperación:
rocambolescos adornos entre las mercancías abarrotadas y un repertorio alucinado de
productos que se ofrecen como pop-ups superpuestas en una deep web ubicua e ilegal.
Una mezcla de atavismos culturales y esa inclinación irrefrenable hacia un heteróclito
futuro tan parecido a la ciencia ficción que define los perímetros trasnacionales de una
irrefrenable estética chola. Una combinación de cultura popular y un, ya no tan nuevo,
arribismo de burguesías emergentes que reorganizan el mapa del poder económico de la
zona andina. En este espacio enmarañado hasta el paroxismo Candelaria Traverso
encontró el núcleo afectivo e intelectual de su trabajo. Lo halló en la superposición
proliferante de tecnologías sociales de tiempos sumamente disímiles entremezclados. Y
en una bien calculada posición de observación, un lugar intermedio entre la distancia de
la mirada etnográfica y la proximidad interesada de la autobiografía.
Este proceso de indagación comenzó con la implicación personal. Siendo nieta de una
abuela costurera, la familiaridad con el mundo textil facilitó su acercamiento a este
territorio y a los lazos entre feriantes que lo sostienen. En este universo Traverso empezó
a advertir la condensación de sucesivos dispositivos civilizatorios que van desde el
intercambio que aglutinó a los diversos estratos ecológicos de la zona andina antes de su
colonización, pasando por la lógica del comercio ferial que el dominio español dejó
impreso en Latinoamérica hasta su realidad hoy surcada por flujos mundiales que unen
puntos tan diversos como Catamarca, La Paz, Estambul, Miami, Seúl, Delhi o Singapur.
En el contexto de ese comercio informal y planetario Traverso se fue enfocando, como
quien ausculta un síntoma, en la circulación de la ropa usada. Esta práctica, prohibida por
algunos gobiernos como el boliviano, deja ver como pocas algunas aristas de la
desigualdad global que sustenta los modos de producción actuales. Los fardos de ropa
envuelta en bolsas de arpillera plástica exhiben con sus marcas impresas por los
comerciantes itinerarios en el que las mismas zonas planetarias castigadas por los
términos del intercambio reciben ahora usada aquella ropa que produjeron para las áreas
centrales del esquema planetario.
En la reflexión sobre estas corrientes fueron haciéndose presentes en su trabajo
emblemas que tienen la capacidad de invocar la extensión de estas derivas planetarias y
regionales a la vez. Así apareció recurrentemente en el vocabulario de su obra la
Chakana como una sedimentación, una síntesis. La cruz andina, como es sabido,
concentra múltiples significaciones relacionadas tanto con los modos de compartimentar
el tiempo y los procesos de reproducción de la vida así como diversas estrategias para
hacer inteligible un régimen de ascensos y descensos en la cosmogonía andina. Pero
este símbolo también representa una serie de reciprocidades que hicieron posible el
desarrollo de comunidades que se complementaban por medio de intercambios entre las
zonas costeras, los valles y las regiones montañosas en la estriada zona de los Andes.
En la secuencia dispuesta por Traverso esta dimensión de los tráficos y los contactos
mutuos parece subrayarse, recortarse sobre la pluralidad de sentidos contenidos en esta
divisa.
Hay un último aspecto de sus recientes operaciones que me interesa rescatar. El acto de
compactar, como se hace cuando se transporta, un cúmulo de ropa usada, prendas que
han transitado extensas regiones del planeta, fue dando lugar a una serie de bloques.
Estas formas luego fueron recubiertas con adobe adquiriendo la forma y la textura de
ladrillos. Pero allí donde podríamos encontrar una referencia folclórica a la tierra y a los
procesos de habitabilidad en ella, se esconde aquel sustrato resultante del tráfico
desterritorializado que resulta ser el relleno de estos módulos. Si uno pudiese preguntarle
a estos ladrillos, ellos seguramente podrían contarnos sobre su interior nómade, su
capacidad de ser un punto de energía, un chakra, de un cuerpo planetario sin esencia ni
localización precisa.
Federico Baeza
Candelaria Traverso
Chakana
Desde el 8 de Agosto al 18 de Septiembre de 2019
Herlitzka + Faria
Libertad 1630
Ciudad Autónoma de Buenos Aires