Trinidad Landajo. Así como la serpiente deposita su piel muerta

El incremento en la producción de información y la multiplicación vertiginosa de tecnologías de registro y almacenamiento alteraron las posibilidades de creación de una imagen ahora subordinada a la posibilidad de ser copiada, manipulada y traducida. En este nuevo paradigma óptico, Trinidad Landajo captura imágenes operativas del Google street view y las convierte en pinturas abiertas a múltiples perspectivas y puntos de vista. Al apropiarse de una tecnología que por un lado escapa a los movimientos del ojo humano y por el otro, involucra una lectura de pantallas que altera las coordenadas espaciales y temporales; crea patrones nuevos de visualización e interpretación de la información.

No es novedad que el arte contemporáneo se caracteriza por una fragmentariedad intencional como parte del proceso creativo y comunicativo. Y aquí radica lo perturbador de la ecdisis de la serpiente que se libera de un exceso innecesario porque en toda transformación siempre hay datos que se pierden o quedan censurados a la espera de que la cultura los vuelva a activar. La serpiente muda y deposita su piel muerta como la memoria altera y desecha datos. En esta selección de dieciséis pinturas —producidas entre 2019 y 2021— con detalles desencajados, fugaces, poco definidos o desenfocados —lo que la artista llama «imágenes glitcheadas»— los encuadres se vuelven evidentes. Son el resultado de una deriva virtual, que luego la artista a partir de una manipulación voluntaria realiza un recorte de precisión quirúrgica que anula aquellos elementos que nos podrían ubicar en un lugar o tiempo preciso o que darían cuenta de una presencia humana. Selecciona fragmentos que muestran la aceleración del tiempo, el error, y la cantidad de capas que hay en un archivo virtual. Son fragmentos de paisajes vacíos y deshabitados, de semáforos, de construcciones sin terminar, de vegetación, de postes de luz y cables de telecomunicaciones que solo dejan lugar para el silencio de un tiempo detenido de coordenadas imprecisas, que al agruparse en la sala y a partir del diseño expositivo refuerzan la dimensión de la fugacidad temporal.

Se enfatiza justamente la condición subjetiva de los encuadres al reproducir la direccionalidad y postura de la mirada de un ser humano.

Aunque el espectador no recepcione ubicado en un único punto fijo encontrará su comportamiento reducido a un scroll vertical y horizontal; los mismos movimientos de cabeza que realizamos cuando recorremos una ciudad que según su planteo urbanístico nos obligará a levantar o a bajar la vista. Reforzar el límite de la pintura, por oposición a la imagen continua y sin borde del Google street view, permite distinguir de manera clara que asistimos a la representación de un espacio ficticio, antinatural e ilusorio. En los límites claros descansa la seguridad de una contemplación confortante. El límite es necesario porque nos instruye sobre los comienzos y finales de un proceso de interpretación. Las creaciones de Landajo evidencian que la pintura ya no puede ser pensada como una ventana abierta al mundo. Se abren, pero a realidades múltiples producto del uso de tecnologías virtuales en el proceso creativo.

Lo particular de la recepción a través de una pantalla es que oblitera la lectura lineal en pos de múltiples lecturas simultáneas. Ya no hay un orden de lectura preestablecido ni indicaciones sobre el tiempo de lectura que debemos dedicarle a cada imagen. Es decir, no se impone un orden o un tiempo exacto de contemplación. Al exigir la presencia de un cuerpo físico y orgánico, las pinturas de Trinidad Landajo nos devuelven el placer de entregarnos durante un tiempo prolongado a la contemplación de un fragmento de realidad que por ser el recorte glitcheado de una imagen continua, nos mantienen en perpetuo movimiento. El espectador deberá detenerse en cada fragmento para entrar en el juego de la ilusión espacial. Artista y destinatarios nos convertiremos en cómplices de una batalla contra un medio que nos quiere arrebatar el derecho al reposo, a la pausa, al recuerdo y al silencio.

Irene Gelfman e Isabela Di Lorenzo

 

Trinidad Landajo
Así como la serpiente deposita su piel muerta

Desde el 30 de junio al 3 de septiembre de 2021

Calvaresi
Defensa 1136
Ciudad Autónoma de Buenos Aires