Tatiana Parcero. Cartografías para un nuevo mundo

Debajo de la piel, el viaje de la imagen.
"La imagen no sería un recuerdo sino una creación nueva, que respondería a actitudes siempre nuevas del cuerpo; Jean Paul Sartre, La imaginación (1936).

Las obras virtuosas funcionan como catalizadores de sensaciones y de pensamientos. Explicar en un texto curatorial de sala las sensaciones y los proto-significados que estas podrían insinuar en el observador, no solo sería un acto desdichado, sino que implicaría la cancelación del propio acto artístico, dado que este es básicamente experiencia!, personal, y por suerte estrictamente subjetivo. Pero explicar o compartir los pensamientos y la racionalidad que puede brotar a partir de esa experiencia artística, enriquecida a partir de los diálogos con la artista (que además es psicóloga) y su entorno, bien podría ser el comienzo del desarrollo de una filosofía ingenua o natural (dado que el arte es experiencia elocuente) que tiene génesis a partir de la inmersión en lo artístico.

Este texto, que intentó ser breve y sintético (por la tradición científica de quien escribe estas líneas!) debería ser leído una vez visitada la exposición y no antes, dado que son especulaciones surgidas a posterior de ver la obra y diagramar su puesta en escena.

El cuerpo de lo posible.
La humanidad a lo largo de su historia ha dotado al cuerpo de diferentes pieles (mágicas, animistas, racionales, etc) todos ellas reflejando y evidenciando un modo particular de estar en el universo.

La idea del hoy, de un cuerpo como un diseño creativo, refleja no inocentemente una lógica de lo viviente anclada en un sofisticado imaginario de dispositivo articulable a la contingencia que el territorio le imprime en su vida cotidiana.

Lo humano, como posible metáfora de máquina plástica, la cual no solo es capaz de adaptarse al ambiente, sino también a aquello que le fue negado por naturaleza, tuvo gracias al don del ingenio, la capacidad de vislumbrar nuevas relaciones natural-culturales. Y es en ellas donde subyace hoy, estimulado por la super capilarización entre el anacrónico sensualismo del campo artístico y el pragmatismo de la cultura científica contemporánea, la proyección a un futuro redentor.

La caja de herramientas que la humanidad utiliza para relacionarse con su entorno puede ser pensada entonces a partir de su capacidad imaginativa, especulando que todo aquello posible de ser imaginado puede ser realizado, o en su acepción lógica donde, solo lo pensable es posible de existir (adaptado libremente del Teorema de la demostración de Dios, San Anselmo, Proslogion, 1078)

La circulación de la imagen.
Más que un viaje en el tiempo, Cartografías de un nuevo mundo propone un viaje a lo circulado, a lo posible de ser pensado, a aquello que por propio peso específico cultural, más allá de épocas y territorios ha quedado inscripto en los archivos de la cultura tanto de forma consciente como inconsciente, racional o mágica. Son esos caóticos archivos los que movilizados sensiblemente por la fisiología de la imagen de la artista, estimulan con elocuente luz nuestro propio Teatro de la memoria (Simónides de Ceas, 556 a.C.), a partir del cual todos construimos mundo.

En épocas de grandes narrativas y de acciones convulsivas, la obra deTatiana no necesita apelar más que a lo que subyace debajo de su piel psíquica: un sensible territorio para la evocación de una opaca memoria que expresa una sintomática imaginería universal híbrida que involucra indistintamente tanto códices precolombinos como arquetipos científicos, entre otros. Una anacrónica geología de la imagen que partiendo de la coyuntura de la propia artista, como un corazón generoso irriga nuestro propio cuerpo perceptivo.

La exhibición cobra cuerpo no sólo a través de las veladuras que la artista propone en formato de imágenes, sino que también enraíza en las paredes de la galería capilarizadas por un mural cardiaco, que bien podría invocar una esotérica fuerza vital que armonice con el cosmos, recuperandose asi lo sagrado a través del arte.

La piel es pantalla para el síntoma y exterioriza todas esas experiencias-visiones, todas pertinentes, bellas, dramáticas y verdaderas, que lejos de constituir un arcón de la buena memoria, son el alfabeto visual de una realidad artística que contribuye a la poética de un humanismo sincrético, híbrido de sutil cuerpo y amable alma.

El arte percibe en forma imaginaria y elocuente lo proto-simbólico que luego podrá ser pensado por la razón de ser de una existencia más empática y desclasificada. Habilitando así, a una práctica de vida inclusiva y de mutuo apoyo entre todo lo diferente, que en definitiva encuentra anclaje en el último refugio de lo humano: su propio cuerpo imaginado, en el cual todo lo posible de ser pensado, es realizado.

Pablo La Padula,
invierno del 2022.

 

Tatiana Parcero
Cartografías para un nuevo mundo

Desde el 8 julio al 10 de agosto de 2022

Ungallery
Arroyo 932
Ciudad Autónoma de Buenos Aires