La canción de la Tierra. Colectiva

Se inaugura en el Pabellón de las Artes de la UCA la exposición La canción de la Tierra, curada por Eduardo Stupia. La muestra se compone de una serie de obras realizadas por los artistas Emma Herbín, Juan Andrés Videla, Eduardo Stupía y Corina van Marrewijk. El sugerente título parece haber inspirado obras donde la naturaleza es el hilo conductor, desde diversas perspectivas y estéticas.
Para Cecilia Cavanagh, directora del Pabellón de las Bellas Artes, la selección propone artistas amantes y fieles defensores de la naturaleza, que delatan sus sentimientos de percepción y arte, despertando en el espectador el afecto por lo propio y el entorno.
Una frase de Eduardo Stupía, nos invita a mirar la obra con detenimiento:
"Quienes componemos esta muestra no nos hemos sentido interpelados a priori por la elección de ningún tema ni contenido, aunque las interrelaciones y resonancias que pueden detectarse entre las obras puedan sugerir lo contrario".

La obra de Herbín
Así observamos el trazo exquisito de Emma Herbín, arquitecta y artista egresada de la Parsons School de París. Sus obras retratan la flora y la fauna de nuestro país, con trazos que por momentos nos remiten al grafismo chino. Sorprende su obra Fauna Argentina, donde proliferan todo tipo de animales – ñandúes, zorros, mulitas, pingüinos, ciervos, tortuga y osos hormigueros - perfectamente dispuestos en forma individualizada y documentados en una suerte de catálogo de la fauna de nuestro país. Parte de su obra nos remite a la obra de aquellos viajeros científicos españoles, que viajaban en el siglo XVIII para realizar un completo inventario la flora, la geografía y la fauna del Imperio español en América.
Herbin aplica el color -cuando aparece en su obra-, de forma elegante: a veces lo hace delimitando las formas y otras, en forma de manchas aleatorias, por debajo de la grafía que ilustra plantas y flores. La influencia del arte oriental sobrevive en sus grafías y en su obra Naturaleza, donde dibuja y pinta flores y plantas con el preciosismo de las estampas japonesas. Los soportes y materiales utilizados son bordado y bolígrafo sobre tela antigua, óleo y técnica mixta sobre tela.

La obra de Stupía
Eduardo Stupía nos sorprende en esta ocasión con una serie de collages realizados sobre papel: una sucesión de formas fragmentadas de árboles, plantas, flores, reptiles y caracolas.
Alejado por momentos de la grafía que caracteriza sus paisajes, la vegetación parece cargada de detalles, de nervaduras, de texturas, en un ensamble perfecto de formas, con una vegetación variada, que remite a distintos paisajes de nuestro país. Conviven estos collages con una serie de trabajos realizados en grafito y pastel de tiza sobre tela, repletos de trazos, manchas y grafismos, trazados en ocasiones caóticamente pero siempre con un grado de libertad, conformando una suerte de paisajes interiores que fluctúan entre lo figurativo y lo abstracto.

La obra de Videla
Videla utiliza el óleo en sus obras: se trata de jardines imaginarios en una paleta de blancos negros y grises, con formas delimitadas por pinceladas espontáneas que conforman una naturaleza de árboles, flores y vegetación. Una serie de manchas amorfas, delinean una naturaleza fantástica.
El verdor del follaje de un jardín con flores fucsia, se ve desenfocado y con juegos de luces y de sombras, como visto a través de la lente de un fotógrafo. Una serie de flores en acuarela, con un gradiente de colores que va desde el naranja al rojo y el bordó, nos hablan de una pintura sensible. Videla pinta con texturas e impone la gestualidad en su obra.

La obra de Marrewijk
La propuesta de la artista Corina van Marrewijk reúne una serie de frutas, hortalizas, verduras y flores silvestres, realizadas en papel pintado con tintas, alambre e hilo, suspendidos de cuerdas o colgados sobre una estructura en movimiento. Algo en ellas inquieta y amenaza su verosimilitud, más allá de la presencia de alguna hoja seca o algún insecto colgado de la planta. Se trata en definitiva de flora y frutos que, lejos de su habitat natural - la tierra -, se convierten en objetos artificiales, creados por la mano de la artista, lo cual nos invita a reflexionar sobre el cuidado de la tierra, nuestra Tierra.
La muestra La canción de la Tierra, se vuelve hacia la naturaleza en presencia del peligro de que el espíritu pueda ser derrotado y nos invita a gozarla libremente y a sentirla, lejos de la comprensión pensante o el conocimiento científico.

Para Eduardo Stupía, "todo está allí, como un caleidoscopio cuyas imágenes quebradas se han extendido ordenadas en la sala, emitiendo cada una su sonoridad discreta, una delicada letanía que invita a escuchar con los ojos el eco analógico del gran acorde, la prodigiosa melodía silente de la tierra, y de todas las cosas del mundo."

 

La canción de la Tierra
Colectiva

Desde el 28 de abril al 5 de junio de 2022

Pabellón de las Bellas Artes de la UCA
Alicia Moreau de Justo 1300
Ciudad Autónoma de Buenos Aires