Fernando Brizuela. Material para mañana

En el pasado quedó, afortunadamente, la demonización del cannabis, y la acusación de que lleva a malos caminos y peores compañías se le dejó a nonnas conservadoras. Actualmente se reescribe la historia, y se la analiza desde una perspectiva industrial, cultural y medicinal, entre otras. En Argentina, si bien hay una acalorada discusión sobre la legalización del consumo y cultivo, este año se hizo la primer Expo Cannabis en la legendaria Rural. Entradas online agotadas y filas de 500 metros para entrar dieron como resultado un éxito inesperado para el evento que se llenó de interesados de todo tipo.

No es novedad como en la última década la planta logró filtrarse en más de un medio, y el interés comercial por la misma crece exponencialmente. En Francia, por ejemplo, se investiga como material de construcción, ya que resiste mucho el fuego y aisla la temperatura, y es materia prima para productos de belleza; además de recaudar millones de dólares en países donde el uso recreacional es legal.
Como un precursor de esta tendencia cannábica, Brizuela hace años que investiga la planta desde distintas perspectivas que pendulan entre el humor y la investigación. Sus usos, junto con la explotación de otras plantas alucinógenas, están estudiadas en más de un trabajo, entre ellos MUNPA, el primer museo de plantas alucinógenas del cual es el director. La bestialidad de la planta, aquella que declaramos en desuso, es ironizada con la serie de los monstruos. ¿King Kongs? ¿Hulks?, figuras irracionales que se enojan y destruyen todo lo que los rodea, a la vez que construyen leyendas sobre su locura. Este mal invisible que pelean las figuras recubiertas de marihuana denuncian también la violencia ligada a aspectos del consumo: los excesos del estado para batallarlo, así como las guerras de narcotráfico para comercializarlo. Existe una solución: el autocultivo, la investigación, y la difusión de información.

El espacio informativo es la arena de trabajo de Brizuela: a través de sus obras trabaja en la extinción de la añeja sensación de que la marihuana está ligada a lo indebido. La serie de las porcelanas asocia una técnica tradicional con la planta, las figuras se transforman en bestias marihuaneras, abandonan los boudoirs y aullan en contra de la desinformación. Los monstruos hacen su aparición en la galería como un ejército, espantando fantasmas y marchando por la legalización de la marihuana. Pero no todo es ironía y denuncia: en la exposición se pueden ver un número de acuarelas que se desprenden de la minuciosa observación que Brizuela hace de la flor que crece luego de muchos cuidados. Sus tonos violáceos, amarillos, verdes dan cuenta de la variedad que existe, y de la belleza que se esconde si se la percibe como un flor, como cualquier planta creada por la naturaleza. Por último, en el subsuelo, casi como si fuese una invitación a la psicodelia (¡pero sin fumar nada!), piezas de neón imitan parafernalia cannábica e iluminan como un boliche la oscuridad de un sótano recoletense.

Brizuela trabaja en distintas instancias de difusión de información, pero es evidente más que nunca que no se encuentra solo en esta tarea. Disciplinas como la medicina, ingeniería, estética, jardinería, por mencionar algunas, espantan los mitos de los males de la planta y a apuestan a lo que verdaderamente es: el material del futuro. Clara Rios, noviembre 2019.

 

Fernando Brizuela
Material para mañana

Desde el 28 de noviembre de 2019
Inaugura: 19hs

Cecilia Caballero - Arte contemporáneo
Montevideo 1720
Ciudad Autónoma de Buenos Aires