Daniel Ontiveros. Nosotroslosotros

Cuando se trató de pensar un título para esta exposición, desde el primer momento se impuso, como ineludible, el NOSOTROSLOSOTROS tomado de una obra de 2017. Una obra que aparece como un posicionamiento en el mundo del arte. Nosotros los otros, nosotros (y) los otros, nosotros (somos esos) otros. Un texto fragmentado, frontal, que en el uso del plural nos incluye. El despliegue espacial de la totalidad de la obra exhibida destierra así la contemplación pura para permitir un acercamiento a los temas y problemáticas abordadas por el artista.

En ese sentido memoria e historia (nacional o del arte), y su deriva en cuestiones de identidad, se reiteran permanentemente en las obras. En efecto, esas dos formas de abordar el pasado, como sabemos en permanente forcejeo, se disputan los modos de hacerlo: el qué, el cómo recordar y, quizás lo más importante, para qué recordar. Ontiveros reclama para sí lo que en palabras de Beatriz Sarlo serían los derechos del recuerdo (de vida, de justicia, de subjetividad).

Así, cuando el artista se refiere a Malvinas señala “los chicos de Malvinas, fuimos primero los adolescentes del Proceso. Los que teníamos el miedo en el cuerpo” y continúa “hacer arte con eso y hacer arte a pesar de eso. No creo que en toda mi obra esté presente Malvinas, pero sí creo que la experiencia de la guerra deja marcas indelebles, y esas marcas están en mí”. En ese sentido y sobre su derecho a testimoniar en primera persona podemos pensar que Trompe L´œil, por ejemplo, no se cierra en sí misma sino que se prolonga, entre otras, en los retratos de sus compañeros excombatientes (obras no exhibidas). De la misma manera, cuando Evita es retratada de mil maneras no se trata solamente de la figura histórica, ni siquiera del mito mismo, sino también de la identidad construida en los recuerdos de infancia, la niñez en la casa obrera o el relato barrial, lugares desde donde él decide qué recordar. Y es en la materialidad de su obra donde esas decisiones acaban por definirse. Así, una tela desgarrada con algo de Lucio Fontana y Enio Iommi, o la pureza de un Lozza violentada por una figura, los cortes rotundos de la gráfica vueltos austeras pinturas de Evita son indicios hacia múltiples sentidos. Ya en 1991, Carlos Espartaco señaló que los Nexus “no se detienen en la exclusividad del orden interno del discurso de la pintura, sino al contrario, jaquean sus evoluciones y practican el agonismo de las jerarquías”. Visto retrospectivamente, aquel temprano rasgo compartido se constituye en un aspecto clave de toda la obra posterior de Ontiveros. Si la memoria se permite ser selectiva, Ontiveros, el manipulador de la materia, esencialmente pintor, puede permitirse saquear/jaquear a diestra y siniestra, no como un rasgo aplanador de la posmodernidad sino reforzando sentidos: recorre otras historias del arte, señala artistas olvidados o descartados y construye un museo carancho. Escoge, para su práctica, tanto el más fino trazo de la tradición, como elementos de las artes populares, el descarte, lo artesanal (los marcos aprendidos de su padre) o el objeto kitsch de baratijas de importación.

Y el saqueo continúa consigo mismo: obras independientes son reutilizadas en amplias instalaciones, cada obra puede ser vista en sí misma o como ventana abierta a un pensamiento más amplio.

Una densidad de recursos que se complejiza en cada rastro. El uso gozoso del color, por ejemplo, parecería a tono con la época: colores vivos, una aparente despreocupación por los matices, preferencia por los colores puros. Un lenguaje rápido y eficaz, destinado a captar la atención y a proponer felicidad visual. Sin embargo, todo se revela como una estrategia consciente para hacer un uso distintivo del tratamiento de las obras: algarabía epocal, desgaste allí donde la usura memoriosa del tiempo lo requiere, plano para evocar un maestro (o violentado cuando quiere discutir con él).

Para finalizar, retomando a Tomás Eloy Martínez en relación con Malevitche, “las imágenes dependen menos de lo que son que de las maneras en que son miradas (…) Comienzan a moverse, a repetir viejas consignas (…) hasta que de repente, arden”, y la memoria permanece viva para, en la intención del artista, modificar el presente.

M. T. C.

 

Daniel Ontiveros
Nosotroslosotros

Desde el 20 de febrero al 16 de mayo de 2020

Espacio de Arte de Fundación Osde
Arroyo 807
Ciudad Autónoma de Buenos Aires