Arte prehispánico y colonial

El Museo Nacional de Bellas Artes presenta dos salas renovadas de exposición permanente donde se exhibirán cerca de 400 piezas prehispánicas, realizadas por las culturas del Noroeste Argentino entre los siglos V a. C. y XV de esta era, y obras de arte colonial. En este espacio se integra la colección del Museo Nacional de Bellas Artes y la colección del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

Relegado a la arqueología, la etnografía, el artesanado o, inclusive, a la decoración, el arte prehispánico constituye una de las formas estéticas más depuradas del continente, que ha inspirado durante siglos a artistas de diversas latitudes. Desde el Barroco hasta el nativismo social de las vanguardias, el americanismo es una vertiente genuina de búsqueda de una estética soberana que tuvo y tiene su fuente en la riqueza expresiva de numerosos artistas anónimos. Ignoramos los nombres de aquellos que dieron vida a las formas y estilos que la historia cultural de nuestro país ha designado siguiendo la toponimia –Aguada, Candelaria, Ciénaga, Condorhuasi, entre otros–, pero sí sabemos que constituyen estéticas definidas, plasmadas en objetos de una belleza singular. De hecho, ha sido el arte uno de los ejes para su catalogación, aunque raramente percibimos estas piezas despojadas de su razón utilitaria, ornamental o ritual.

La inauguración en el Museo Nacional de Bellas Artes de un espacio específico y permanente para exhibir el patrimonio precolombino propone repensar no solo su valor artístico, sino el lugar que concedemos a los pueblos que se desarrollaron, en tiempos ancestrales, en el actual territorio nacional.

Hay en estas piezas, provenientes del Noroeste Argentino, un mensaje enigmático que interpela nuestros hábitos estéticos y nos invita a descubrir los modos de percibir la belleza que tuvieron y tienen las culturas andinas. En este sentido, la decisión de honrar esa memoria visual obedece tanto a una intención de reparación, de justicia histórica, como, ante todo, de justicia poética: recuperar en la escena del Museo la potencia de una producción que suele permanecer oculta a nuestros ojos. A la vez, permite releer la historia visual del territorio, pues es posible construir series con las vertientes plásticas que dialogaron con ella. Así como el arte africano ilumina y resignifica las vanguardias europeas de los años 20, el acceso al disfrute de este acervo, junto con la reposición de las pinturas coloniales embutidas en nácar que narran la Conquista de México, insta a examinar nuestra mirada sobre el arte en general, en tanto nos sitúa en nuevas –y muy antiguas– coordenadas.

Andrés Duprat
Director
Museo Nacional de Bellas Artes

 

El arte de los antiguos pueblos andinos. Sala 24, planta baja.

Las piezas reunidas en la sala de arte prehispánico, con curaduría de la especialista María Alba Bovisio, proceden del Noroeste Argentino (NOA) y presenta una notable riqueza, variedad y complejidad técnica, plástica e iconográfica. Fueron realizadas por las culturas agroalfareras que se desarrollaron en la región entre los siglos V a. C. y XV de esta era.

Los ejes que organizan la presentación del conjunto son “La piedra y los ancestros”, “Corporizar el poder: textiles y metales”, “Los estilos cerámicos a través del tiempo” y “Miniaturas y miniaturización”. Las piezas,que en su mayoría provienen de excavaciones no científicas, estaban destinadas a cumplir funciones políticas y religiosas: investir de poder a los gobernantes, favorecer el pasaje a la vida de ultratumba, materializar a los ancestros, vehiculizar el contacto con las deidades. La dimensión estética se entretejía así con todas las dimensiones que moldean la vida de una comunidad.

 

Arte prehispánico y colonial
Desde el 12 de abril de 2019 al 31 de enero de 2020

Museo Nacional de Bellas Artes
Av. del Libertador 1473
Ciudad Autónoma de Buenos Aires